La cirugía de implante ocular es un procedimiento que no lleva mucho tiempo (de 10 a 20 minutos por ojo). Suele realizarse de forma ambulatoria y con anestesia local. Debe realizarse en un entorno quirúrgico perfectamente estéril.
Una vez anestesiado el ojo con colirios, el cirujano practica una microincisión (2,2 mm) en la córnea.
En el caso de una catarata, el cirujano corta el cristalino con una sonda ultrasónica y lo extrae del ojo. A continuación, el cirujano procede a insertar la lente intraocular. La microincisión no suele suturarse, ya que es muy pequeña.
En caso de astigmatismo o miopía fuerte, no se retira la lente y el cirujano procede directamente a la inserción de la lente, por delante o por detrás del iris (según el implante elegido).