Usted es una buena candidata para una reducción mamaria si tiene alguno de estos problemas:
Pechos muy grandes que causan problemas físicos, como dolor en los hombros, la espalda y el cuello.
Pechos pesados y colgantes con pezones que apuntan hacia abajo.
Pechos grandes que interfieren con las actividades rutinarias y su estilo de vida en general.
Un pecho es más grande que el otro (lo que requiere la corrección de la asimetría mamaria).
Tus hombros muestran marcas de los tirantes del sujetador.
El peso de tus pechos perturba tu sueño.
La piel del pliegue de los senos se irrita constantemente.
Se siente acomplejada por sus pechos y tiene dificultades para comprar sujetadores o ropa de su talla.
Quieres que tus pechos estén a la altura del resto de tu cuerpo.
Tus pechos han aumentado de tamaño tras la menopausia, lo que te hace sentir desequilibrada.
Muchas mujeres se someten a una reducción mamaria después del embarazo si descubren que sus pechos han crecido. Algunas mujeres se someten a la intervención antes de tener hijos; otras esperan a que termine esta fase de su vida. Hable de sus planes con su cirujano, que podrá aconsejarle sobre la lactancia después de esta operación.